Ocho presas políticas ubicadas en el sistema penitenciario de mujeres La Esperanza han iniciado una “huelga de hambre indefinida” como una forma de presión a la Alianza Cívica por qué aceptó negociar con Daniel Ortega aún cuando hay al menos 600 reos políticos en la cárcel.
En una carta enviada por las presas critican que mientras están sentados en las negociaciones para buscar una salida a la crisis sociopolítica en Nicaragua, la Policía sigue reprimiendo a los autoconvocados incluso hasta a los que acaba de sacar “bajo la farsa de casa por cárcel”, denuncian en la carta.
“Llevamos meses secuestradas ilegalmente, viviendo a diario la represión, constantes humillaciones, tratos crueles e inhumanos y en lugar de sentirnos representadas nos sentimos simples piezas en el tablero donde juegan los que tienen control político y económico. No entendemos cómo llegamos a esta situación en donde se instaura un diálogo a pesar de haber más de 500 muertos, 700 apresados, más de mil heridos y miles de exiliados, el Gobierno sigue sin mostrar voluntad de resolver el conflicto sociopolítico, sigue reprimiendo y asesinando con paramilitares, apresando y torturando con la policía orteguista a la población”, afirman las presas políticas.
En el escrito, las privadas de libertad expresan que el régimen “ha creado una farsa al cambiar las medidas cautelares de un grupo de presos políticos en lugar de la libertad de todos y todas y con la complacencia de la Alianza Cívica que tampoco ha mostrado transparencia ni antes ni durante el diálogo, excluyendo a sectores de importancia e impacto nacional como el movimiento campesino, las madres de asesinados y prisioneros políticos, movimientos feministas, entre otros”.
Las presas que se mantienen en huelga son: Yaritzha Mairena, Karla Matus, Nelly Roque, Amaya Coppens, Solange Peña, María Adilia Peralta Cerrato, Jamileth Gutiérrez Moncada y Johana Delgado.
La carta fue divulgada por el Comité Pro Liberación de los Presos Políticos en Nicaragua.
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