Querida Nicaragua: Con frecuencia se habla de políticos corruptos cuyo principal interés ha sido llegar al poder acompañados de un grupo de igual voracidad e inmoralidad para instalarse en el mismo y comenzar a administrar la nación como si fuese una finca de su propiedad. Y revisando nuestra historia vemos cómo han proliferado todo género de políticos con mentalidad de fusileros y machetones que se instalan en el poder con pretensiones vitalicias.
Gracias a Dios está surgiendo una nueva generación nacida de la despiadada represión desatada por el gobierno Ortega Murillo. Entre los centenares de jóvenes, varones y mujeres, que guardan prisión por haber apoyado una marcha reclamando del Gobierno respeto por los derechos humanos, protestan dentro de sus celdas desafiando la furia de los torturadores.
Igualmente los que participaron en los tranques con los que se deseaba presionar al gobierno, o simplemente por haber ondeado en las calles el pabellón azul y blanco de la patria, han surgido jóvenes que desafían desde la prisión la actitud servil de los jueces que de antemano tienen redactadas las sentencias. Jueces inicuos y venales, servidores no de la justicia sino de la voluntad de sus amos.
Uno de los últimos casos que fue reportado por el Diario LA PRENSA (edición 2 de febrero) es el de ocho jóvenes acusados de colaborar con los tranques de la salida sur de la ciudad de Estelí.
Uno de estos jóvenes, Faustino Espinoza Calderón, se presentó en el juicio con los ojos pintados de negro y con una sonrisa de payaso. Cuando el juez Melvin Leopoldo Vargas le preguntó por qué se presentaba así, el joven dijo: “Vengo de payaso porque esto es un circo”. Fue declarado culpable junto con sus siete compañeros, acusados de los delitos de crimen organizado, entorpecimiento de servicios públicos y portación ilegal de armas de fuego. “Me declaro inocente. Ustedes son títeres del gobierno… Y que viva Nicaragua libre”, gritó el joven cuando tomó la palabra ante el juez Vargas García y ante la fiscal Geisel Reyes Sánchez. La Fiscalía solicitó para los acusados penas que van de los siete a los 23 años de cárcel. Otro de los acusados, Bryan Alexander Quiroz, tomó la palabra declarándose inocente.
Este joven escribió un poema mientras se desarrollaba el juicio. Dice el poema: “Hoy en la audiencia de pena/fui declarado culpable/Ni aunque me pongan cadenas/nunca lograrán callarme/ porque tengo allá afuera un pueblo para cuidarme/ Y aunque me imputen cadena/con evidencia inexplicable/¡Demen los años que quieran/seré libre hablen lo que hablen/”.
Estas son señales de una nueva juventud, una generación de patriotas, valientes y amantes de la libertad que harán lo que las generaciones pasadas no han querido lograr.
Deje su comentario