Durante un acto de la orteguista Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN), el dictador Daniel Ortega, despotricó nuevamente contra los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua.
En su confrontativo discurso, Ortega incriminó a la Iglesia Católica y afirmó que “dejaron de ser mediadores y pasaron a ser parte activa” de lo que él llama “las fuerzas golpistas”.
“Ya sé claramente, quiénes estaban detrás de los tranques, alentando tranques, es decir, alentando crímenes, que por principio, como cristianos, como pastores debían rechazar totalmente, cualquier crimen (…) No tienen nada de cristianos y actúan con una mentalidad terrorista, criminal; se sumaron alegremente al golpe terrorista y criminal”, dijo Ortega elogiado por sus seguidores.
El mandatario nicaragüense señaló que desde 2007, cuando él ganó las elecciones presidenciales, después de 16 años fuera del poder, “los vendepatria”, como llama a la oposición, han venido “conspirando” hasta que “comenzaron a pedir sanciones en contra de Nicaragua”.
“Se empezaron a aplicar sanciones, pero nosotros dijimos, hay que continuar, porque tenemos la inteligencia, tenemos la fortaleza, tenemos el capital humano para poder continuar más allá de las sanciones”, manifestó el sanguinario mandatario.
A su propio hermano
Por otro lado el caudillo sandinista acusó a su propio hermano Humberto Ortega, quien recientemente demandó elecciones anticipadas, de haberse cruzado al lado de quienes ganaron las elecciones en 1990 y de “convertirse un peón de la oligarquía y del imperio”, siendo esta la primera vez que el caudillo sandinista ataca públicamente a su pariente.
El dictador hizo referencia a las protestas que encabezó durante el gobierno de Violeta Barrios de Chamorro, asegurando que a él nunca se le ocurrió intentar derrocar el gobierno de Chamorro y que dichas protestas fueron replegadas por el Ejército, que entonces era dirigido por su hermano Humberto Ortega.
“Ellos no titubearon en llamar al Ejército y lanzar al Ejército en contra de los que protestaban, no les bastaba la Policía, sino que lanzaron al Ejército a que disparara contra los trabajadores que defendían empresas que le habían sido entregadas por el Estado revolucionario y ahí murieron trabajadores defendiendo centros de abastecimiento, allá en el departamento de Estelí, y ¿quién era el jefe del Ejército que violó los principios? El jefe del Ejército era el general Ortega”, dijo el dictador.
“El general Humberto Ortega era el jefe del Ejército, que desde entonces con la salida del gobierno (sandinista) simplemente decidió pasarse al lado de los que habían ganado las elecciones y convertirse en un peón de la oligarquía y del imperio, un servidor de la oligarquía y del imperio, y eso explica por qué lanzó al Ejército, un Ejército que no está para eso, lo utilizó, no se nos puede olvidar”, agregó.
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