La Prensa
La Conferencia Episcopal de Nicaragua exhorta a los nicaragüenses, a través de un comunicado, a “no dejarse seducir por soluciones inmediatistas, sino actuar cívicamente porque la nueva Nicaragua necesita de líderes no violentos que conquisten, de la mano de Dios, metas de libertad y justicia”.
En su “Mensaje de Adviento”, los obispos nicaragüenses señalan que “la no violencia activa rompe la lógica bélica en la que se ha enfrascado el mundo actual, donde las armas valen más que la persona humana”. Y estiman que, a pesar de que Nicaragua atraviesa una situación verdaderamente caótica, todavía existen varias oportunidades que se deben aprovechar.
Hoy más que nunca, dicen, “hemos de volver a nuestras raíces nicaragüenses” y sobre todo a las “raíces cristianas”; lo que significa que “ante las campañas de desprestigio y deshonra” que sufren personas de la Iglesia, se debe “responder con mayor oración, penitencia y testimonio de vida”. Un ejemplo claro de la persecución que vive la Iglesia, es la campaña que el orteguismo ha desarrollado en contra de monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua.
Para la Conferencia Episcopal, también es tiempo de recordar que “el anhelo de una Nicaragua mejor debe buscar el bien común, la justicia y la paz”. Es decir, “todo lo que hagamos y pensemos debe ser en beneficio de la persona humana” y “nunca en base a los intereses económicos y políticos, de unos pocos”. Esta óptica, permitiría “unir fuerzas para actuar como hijos de Nicaragua, donde todos participemos activamente en acciones comunes sin exclusión alguna”.
Diálogo y justicia
Los obispos hacen especial énfasis en la justicia como un requisito imprescindible para que el país logre salir de la crisis en la que se halla sumido. Es decir, que la reconciliación no puede ser exigida ni decretada, como ha pretendido hacerlo el régimen de los Ortega Murillo a través de su “Política de la Cultura de Paz y Reconciliación”.
“Solo asumiendo el modo de ser de Cristo tendremos una perspectiva justa que busque el perdón y la
reconciliación entre hijos de una misma nación. Esta senda ha de ser abonada con las exigencias de la justicia y el camino que conduce a la verdad: justicia y verdad, representan los requisitos concretos para la reconciliación”, subraya la Conferencia Episcopal en su comunicado, el cual se espera circule a partir de este domingo 2 de diciembre.
A pesar de que el Diálogo Nacional no rindió frutos, para los obispos sigue siendo necesario como “salida pacífica”. No hay que olvidar, afirman, que “reconstruir una nación requiere de expectativas de futuro” y se debe recordar que “la esperanza de ‘lo totalmente novedoso’ puede acontecer en Nicaragua.
Esta vez, el diálogo “debe estar orientado a abrir nuevas perspectivas donde no las hay. Esto requiere coraje, audacia, respeto al otro y sobre, todo, mucho amor a la Patria”. Al respecto, los obispos enviaron un mensaje al Gobierno: “Un buen político es aquel que, teniendo en mente los intereses de todos, toma la oportunidad de dialogar con un espíritu abierto. Un buen político en este sentido, opta siempre por generar procesos más que por ocupar espacios”.
La Conferencia Episcopal reconoce que “en el diálogo con el Estado y la sociedad”, la Iglesia “no tiene soluciones para todas las cuestiones particulares”. Sin embargo, “junto con las diversas fuerzas sociales, los obispos estamos dispuestos a acompañar las propuestas que mejor respondan a la dignidad de la persona humana y al bien común”.
“Con el diálogo hay futuro, sin él todo esfuerzo se enruta al fracaso”, afirman, categóricos, los obispos nicaragüenses, convencidos de que “el diálogo es la salida pacífica a esta crisis sociopolítica”.
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