Cuando la expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff, reveló en 2013 que trabajaba en un programa para atraer médicos a las regiones pobres de su inmenso país ya llevaba más de un año negociando en secreto con La Habana la participación cubana en Mais Medicos.
Una serie de telegramas de la Embajada de Brasil en La Habana revelados por el diario Folha de Sao Paulo muestran que fue Cuba quien le propuso a Rousseff enviar médicos a las regiones más apartadas de Brasil. Para evitar un acuerdo intergubernamental que debía pasar por el Congreso, donde presumiblemente no sería aprobado, ambos gobiernos triangularon el acuerdo a través de la Organización Panamericana de la Salud para presentarlo como un esquema de “cooperación”.
Los documentos que relatan las negociaciones secretas permanecieron ocultos durante cinco años. Los ministerios implicados se han negado a comentar la filtración.
En marzo de 2012, una misión cubana visitó Brasil y propuso desde “el envío de médicos y enfermeras” hasta la asesoría “para la construcción de hospitales” y para la elaboración de sistemas de salud”, a precios ventajosos, según Alexandre Ghisleni, encargado de negocios de Brasil en la isla.
Cuba esperaba recibir por cada médico $8,000, de los cuales $1,000 sería el salario de los galenos. Brasil no aceptó esta condición. En lo que sí estuvo de acuerdo el gobierno del Partido de los Trabajadores fue en impedir que los médicos cubanos pudiesen trabajar sin estar bajo el control del gobierno de la isla y eliminar la necesidad de ser evaluados en Brasil (realizar el examen de reválida).
“El lado brasileño propuso la cantidad de $4,000. La parte cubana, por su parte, dijo que esperaba recibir $8,000 por médico y contrapropuso $6,000”, clarifican los telegramas. Finalmente Cuba aceptó recibir los $4,000 ($1,000 para el médico y $3,000 para el gobierno).
Según los telegramas, Cuba cobra a Venezuela y Catar una cantidad similar a la que cobraba a Brasil por Mais Medicos. Solo en Venezuela la isla tiene más de 21,700 profesionales. El gobierno cubano ha declarado que Cuba, que tiene a la exportación de servicios profesionales entre sus principales fuentes de ingresos y mantiene actualmente a unos 55,000 doctores en 67 países.
Los despachos de la embajada dan cuenta de la sugerencia brasileña para que el pago al gobierno cubano se utilizara para solventar las deudas que La Habana había contraído con el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), el cual financió las grandes obras de la construcción del puerto de Mariel, entre otros proyectos conjuntos.
El pasado miércoles la isla decidió romper unilateralmente el convenio con Brasil tras la propuesta del presidente electo Jair Bolsonaro de renegociar el acuerdo.
Bolsonaro, un acérrimo enemigo del esquema de negocios gestionado por Cuba, pidió que los médicos fueran contratados individualmente, sin pagarle nada a “la dictadura cubana”. También exigió que los familiares puedan acompañar a los médicos mientras dure la misión, algo prohibido por Cuba y supeditó el contrato al examen de reválida.
El Nuevo Herald
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