El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, abogó por imponer sanciones por parte de la comunidad internacional a Nicaragua, ante la situación a la que está llevando al país su presidente, Daniel Ortega, y la “sanguinaria represión” de su “dictadura”.
Borrell expresó la preocupación de España por la situación de Nicaragua en su intervención en el Foro Iberoamérica que se celebra en Madrid y cuya inauguración ha presidido el jefe del Gobierno, Pedro Sánchez.
El ministro asumió que la posibilidad de sanciones al régimen de Ortega no parece estar ahora “desgraciadamente” sobre la mesa, pero cree que sería una opción ante la imposibilidad de que haya un mediador en la crisis nicaragüense.
“Si descartamos las soluciones que usen la fuerza desde fuera o desde dentro, cosa que parece más bien improbable, y una evolución del régimen por sí mismo tampoco lo parece, la única solución sería que la comunidad internacional impusiera una presión, unas sanciones en el límite”, añadió.
En el mismo sentido, lamentó que la comunidad internacional no haya sido capaz de imponer a Nicaragua una exigencia de rendición de cuentas.
Borrell comentó que ya trasladó a su homólogo de Nicaragua, Denis Moncada, el “absoluto rechazo” de España y de la Unión Europea a la represión contra muchas de las personas que han expresado sus protestas en el país.
Al respecto explicó que lo que puede hacer España es ejercer una “presión diplomática” ante este tipo de actitudes.
Para el ministro de Exteriores, lo que está sucediendo en Nicaragua parece quedar en un segundo plano en la esfera internacional debido a que se presta más atención a lo que ocurre en Venezuela.
“Nicaragua, como es un país pequeño, se esconde detrás de la crisis de un país grande y que es a la que todo el mundo presta más atención”, comentó.
Las declaraciones del ministro español se producen apenas unos días antes de que se celebre en Guatemala la XXVI Cumbre Iberoamericana, reunión a la que asistirá el presidente español Pedro Sánchez, y a la que también ha mostrado interés en asistir el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega.
Nicaragua vive desde abril pasado una oleada de protestas en las que han muerto más de 300 personas, según la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que han responsabilizado al Gobierno de Daniel Ortega de esa represión.
Ortega niega tener responsabilidad y sostiene que las protestas en las que los nicaragüenses piden su renuncia y la de su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, obedecen a un intento de “golpe de Estado”.
Fuente: EFE
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