Recuerdan a victimas del Carrizo, ejecutadas por orteguistas

Denis José García

Este jueves se cumplieron siete años de la masacre perpetrada la noche del 8 de noviembre del 2011, por militantes sandinistas, contra tres miembros de una humilde familia campesina de la comunidad indígena de El Carrizo, en el municipio de San José de Cusmapa, departamento de Madriz.

Doña Irinea Mejía Cruz, de 71 años, recuerda todavía con mucho dolor la muerte de quien fuera su esposo José Mercedes Torres Pérez, de 65 años, y de sus dos hijos Elmer Liborio, de 39, y Josué Sael, de 23 años, ocurrida dos días después de las elecciones generales en las que el dictador Daniel Ortega retornaba al poder a través del fraude electoral desde el Consejo Supremo Electoral (CSE).

Misa victimas El Carrizo

Doña Irinea y sus dos hijos, sobrevivientes de aquella masacre, José Francisco (Amílcar), de 25 años, y José Moisés, de 33, asistieron junto a gente de la comunidad e hijos de los dos jóvenes asesinados a una misa de recordación realizada esta mañana en la pequeña iglesia católica ubicada frente a la vivienda de esta humilde familia de la comunidad indígena de El Carrizo, a unos diez kilómetros del poblado del municipio de San José de Cusmapa.

“Seguimos cargando la cruz del dolor y el sufrimiento por la pérdida de mi esposo y mis dos hijos, a quienes seguiremos recordando año con año hasta que Dios decida cuando también debo partir para unirme en el camino a ellos”, dijo doña Irinea Mejía Cruz, quien no ha podido olvidar aquellos difíciles momentos de la noche en que bajo la tiniebla fueron asesinados sus tres seres queridos.

Los condenados, apenas a tres años y medio de cárcel, por esa masacre hoy gozan de libertad y se mantiene activos en su militancia del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en el municipio de San José de Cusmapa.

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