Los servicios de rescate indonesios encontraron nuevos restos humanos, este martes, en el lugar del accidente de un avión de Lion Air que se estrelló en el mar con 189 personas a bordo, por un fallo en un instrumento de a bordo, según la prensa
El Boeing 737 MAX 8 de la aerolínea indonesia de bajo coste entró en servicio hace apenas unos meses y desapareció de los radares el lunes, 13 minutos después de haber despegado de Yakarta. Se estrelló en el mar de Java al poco de haber solicitado al control aéreo permiso para regresar a la capital indonesia.
Decenas de socorristas y buzos fueron enviados al sitio de la desaparición del vuelo JT 610. Pero, desde el lunes por la noche, los servicios de rescate no guardaban muchas esperanzas de encontrar supervivientes.
Hasta la fecha, los equipos llenaron 10 bolsas para cadáveres con partes de cuerpos, que se enviarán a Yakarta para estudiar su ADN y así poder identificarlos, declaró a la cadena Metro TV Muhammad Syaugi, jefe de la Agencia indonesia de investigación y de rescate.
Según el jefe adjunto de la policía nacional, Ari Donao Sukmanto, entre los cuerpos encontrados estaría el de un bebé. Los servicios de rescate también llenaron 14 bolsas con escombros, como zapatos, billeteras y ropa. “Esperamos ver la mayor parte de la carcasa del avión, todo lo que estaba en la superficie fue recolectado”, añadió Syaugi.
“Falta de fiabilidad”
Según el Comité de Seguridad de Transportes Nacionales (NTSC), el avión transportaba 178 pasajeros adultos, un niño, dos bebés, dos pilotos y seis miembros de la tripulación. Entre ellos figuraban 20 empleados del ministerio indonesio de Finanzas y el ex ciclista italiano Andrea Manfredi. El impacto probablemente ocurrió a gran velocidad. En esa zona, el mar tiene una profundidad de entre 30 y 40 metros.
“Nuestra prioridad es encontrar la principal carcasa, con la ayuda de cinco buques de guerra equipados de detectores de metales”, declaró Yusuf Latif, portavoz de la Agencia de búsquedas.
Las dos cajas negras -una que registra las conversaciones y la otra, los parámetros de vuelo- no fueron encontradas. El aparato se dirigía a Pangkal Pingang, una localidad de paso para los turistas que viajan a la isla vecina de Belitung.
Lion Air declaró que el Boeing entró en servicio en agosto. El piloto y el copiloto tenían más de 11.000 horas de vuelo. Recientemente, pasaron exámenes médicos y tests de drogas, añadió la compañía. El lunes, el presidente de Lion Air, Edward Sirait, admitió que la compañía había reparado el avión en Bali antes de que partiera hacia Yakarta, sin aportar más precisiones, pero hizo alusión a un “procedimiento normal”.
La BBC, que consiguió un cuaderno técnico sobre el vuelo Bali-Yakarta del domingo, dio cuenta de la “falta de fiabilidad” de un instrumento para medir la velocidad y de divergencias en las medidas de la altitud entre los aparatos del piloto y del copiloto. La compañía no respondió a las peticiones de entrevista. Por su parte, Boeing se declaró “profundamente apenada” y “dispuesta a aportar asistencia técnica a la investigación del accidente”.
Tras el accidente, no dejaron de circular rumores y noticias falsas en Internet, en una de ellas se aseguraba que un bebé había sobrevivido y también se difundió un vídeo en el que aparecían pasajeros de un avión invadidos por el pánico.
El portavoz de la agencia indonesia de gestión de catástrofes, Sutopo Purwo Nugroho, desmintió estas dos “informaciones”. Indonesia, un archipiélago del sureste asiático, cuenta con 17.000 islas e islotes, depende en gran medida del transporte aéreo y los accidentes son frecuentes. Lion Air ha estado implicada en varios incidentes. El más grave ocurrió en 2004, cuando 26 personas murieron después de que un avión se saliera de pista en Solo, en el centro de Java.
Fuente: AFP
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