El gobierno de Daniel Ortega intenta justificar la expulsión de la misión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
La misiva firmada por el canciller Denis Moncada deja entrever que la decisión se toma porque el país, habría regresado a la normalidad.
“Considerando que han cesado las razones, causas y condiciones que dieron origen a dicha invitación, este ministerio comunica que da por concluida la invitación y finalizada la visita a partir de hoy 30 de agosto de 2018”, expresa el gobierno.
Sin embargo hay sectores que consideran esta actitud de parte del régimen orteguista como una consecuencia del contundente informe presentado por el organismo internacional.
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Despotrica contra informe
El régimen orteguista rechazó el informe de Alto Comisionado de las Naciones Unidas afirmando que “carece de objetividad”. Acusa a “grupos golpistas” de la crisis socio política de Nicaragua.
“A lo largo del denominado informe, OACNU caracteriza a las llamadas protestas como pacíficas replicando el discurso de los grupos golpistas y medios de comunicación que han funcionado como vocero de estos”, refiere el Estado.
Defiende a la Policía Nacional y rechaza “las ligeras e infundadas afirmaciones” en contra de la institución supuestamente “basadas en simples denuncias de hechos no esclarecidos”.
“Cuestionamos el denominado informe por ser carente de información por ser carente de información veraz ya que a pesar de que señala la metodología de utilización, se evidencia a lo largo de su descripción el uso excesivo de fuentes indeterminadas en imprecisas”, reza el texto de respuesta estatal.
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