El ascenso de los comisionados Francisco Díaz y Ramón Avellán como director y subdirector de la Policía Nacional, respectivamente, es un premio por su lealtad en el baño de sangre contra el pueblo, según José Miguel Vivanco.
El director ejecutivo del organismo Human Rights Watch afirma que esto “evidencia la brutalidad de su gobierno”.
“Estas promociones demuestran que la comunidad internacional debe redoblar sus esfuerzos para frenar la represión del régimen de Ortega, incluyendo a través de una sesión especial en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas”, refirió.
Recordó que desde el inicio de las protestas contra Daniel Ortega “la Policía Nacional ha participado en abusos graves, incluyendo uso excesivo de la fuerza, detenciones arbitrarias y torturas”.
“Al costo que sea”
Vivanco recordó la sanción del departamento del tesoro de Estados Unidos contra el comisionado Díaz, el nuevo jefe policial.
También rememoró las palabras del comisionado Avellán antes del desmedido ataque armado contra Monimbó.
El pasado 17 de julio, Avellán sostuvo en una entrevista que “las órdenes de nuestro presidente, nuestra vicepresidenta de ir limpiando estos tranques a nivel nacional y esa petición de la población… vamos a cumplirla, al costo que sea”.
“Los gobiernos que han condenado el baño de sangre en Nicaragua ahora deberían solicitarle al presidente del Consejo de Derechos Humanos que de forma urgente convoque una sesión especial para tratar los aberrantes abusos en Nicaragua”, concluyó Vivanco.
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