Diez excursionistas murieron debido a la repentina crecida por mal tiempo del torrente Raganello en el Parque Nacional Pollino, en Calabria, sur de Italia, precisó este martes la Protección Civil italiana.
El balance inicial de 11 de muertos fue revisado a la baja tras detectarse una confusión en la comunicación de la información, explicó a la AFP Carlo Tanzi, portavoz local de la entidad.
Según la prefectura de Cosenza, capital de la provincia donde ocurrió la tragedia, se rescataron 23 personas, todos excursionistas que se vieron sorprendidos por la crecida inesperada del río.
Tres personas que resultaban desaparecidas fueron halladas vivas y sanas, a varios kilómetros de distancia de las gargantas del torrente, donde acampaban.
La tragedia ocurrió el lunes por la tarde cuando varios grupos de excursionistas fueron arrastrados por la fuerte corriente debido al repentino ascenso de las aguas del torrente Raganello, en la provincia de Cosenza.
La prefectura indicó que había dos grupos compuestos cada uno por 18 personas, las cuales fueron sorprendidos por la crecida.
Según el diario Corriere della Sera, entre los rescatados se encuentran dos niños, uno de ellos hospitalizado por hipotermia.
“Fue una verdadera avalancha de agua que llegó inesperadamente, no tuvimos tiempo de hacer nada. Fue algo increíble, demonios, corrimos con suerte al final”, contó un excursionista holandés a medios locales.
Después de varias horas de fuertes lluvias y viento, las condiciones climáticas mejoraron en la región de Calabria.
“Al 99,9% no hay desaparecidos”, aseguró el ministro para el Medio Ambiente, Sergio Costa.
Las gargantas del Raganello suelen ser una meta codiciada para experimentados escaladores debido a las dificultades y en varias ocasiones las autoridades han prohibido acceder a la zona.
“Queremos proteger a las víctimas, pero también queremos saber por qué pasó lo que pasó. Esperamos un informe detallado de la prefectura”, aseguró el ministro.
Las gargantas del río Raganello forman parte del parque nacional del Pollino, conocido por un cañón de unos 13 kilómetros y por sus cimas montañosas que superan los 2.000 metros de altitud, desde las cuales, se puede ver en días despejados los tres mares que bañan el sur Italia: el Jónico, el Tirreno y el Adriático.
“Nunca se habían verificado crecidas durante el verano y los excursionistas pudieron salir porque ni siquiera estaba lloviendo”, contó a la prensa el responsable del equipo de rescate alpino de Calabria, Luca Franzese.
Entre las víctimas figura una guía alpina de 32 años, quien era voluntario de la protección civil y había participado el año pasado en el rescate de los huéspedes de un hotel que quedó sepultado por una avalancha de nieve tras los terremotos en el centro de Italia.
Fuente: AFP
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