Los descalificativos del gobierno para el trabajo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Nicaragua es una “cortina de humo para evadir responsabilidades”, según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos.
“El lenguaje descalificador (…) son repetición de afirmaciones amenazantes proferidas por el canciller de la República y otros funcionarios de gobierno”, refiere el Cenidh en un comunicado.
El organismo nacional considera que la “CIDH está cumpliendo su función principal de promover la observancia y defensa de los derechos humanos en Las Américas”.
Agrega que han actuado con “eficacia y oportunidad al cumplir con la recomendación 15 del informe preliminar, estableciendo la instalación del Mecanismo de Seguimiento para Nicaragua (Meseni)”.
Lo que dice el gobierno
El “Informe Evaluativo de la acción parcializada y polítizada de la CIDH” descalifica al organismo y los acusa de “manipuladores e injerencistas”.
Afirma que el informe preliminar del organismo internacional estuvo basado en “informaciones audiovisuales y testimonios editados y manipulados por los autores y ejecutores del intento de golpe de estado”.
“La CIDH manipuló la información convirtiendo un intento de golpe de Estado en una protesta pacífica”, refiere el escrito.
Agrega que el supuesto trabajo sucio de la CIDH tuvo como fin “justificar ante la comunidad internacional actos ilegales y crímenes dirigidos a romper el orden constitucional”.
“La CIDH omite deliberadamente la verdad que no conviene a los intereses de quienes desde el exterior patrocinan las acciones dirigidas a derrocar al gobierno constitucional de Nicaragua”, continúa.
Además el régimen orteguista cuestiona los “criterios parcializados y sesgados” del organismo. Señala que “la metodología de trabajo carece de todo rigor científico”.
Los acusa de promover “políticas injerencistas para desestabilizar y aislar internacionalmente a Nicaragua”.
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