La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, en su informe ante sesión ordinaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos en Washington, Estados Unidos, condenó la represión, muerte y ataques contra obispos nicaragüenses e instó a la Comunidad Internacional a llamar al Estado de Nicaragua a detener la violencia.
La CIDH aumentó este miércoles a 264 el número de muertes en Nicaragua en el contexto de la represión del régimen de Daniel Ortega contra las protestas, iniciadas el pasado 18 de abril.
“De conformidad con el registro de la CIDH desde el comienzo de la represión de las protestas sociales, hasta la fecha 264 personas habrían perdido la vida y más de 1.800 habrían resultado heridas”, informó el secretario ejecutivo de la CIDH, Paulo Abrao, al informar al consejo permanente de la OEA sobre la situación en Nicaragua.
En el informe anterior, la CIDH, ente autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA), había cifrado en 212 los muertos y 1.337 heridos en el marco de las manifestaciones.
En su informe este miércoles, Abrao dijo que el Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua, MESENI, observó con preocupación una profundización y diversificación de las formas de represión contra la población manifestante y opositora, así como contra quienes se encuentran en los tranques y/o barricadas en forma de protesta y contra quienes colaboran de cualquier forma con ésta, incluyendo familiares y vecinos”.
Abrao denuncia “las operaciones limpieza” del Gobierno, entre ellos el ataque a Diriamba, Jinotepe, y Dolores y también el uso de armamento militar en contra de la población. Las operaciones limpieza son aquellas en que las fuerzas del Estado, combinada con paramilitares, acuden a los lugares para desmontar las barricadas levantadas por la población.
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