Jóvenes en protestas derriban siete arbolatas en la Avenida Tiscapa y uno en Ticuantepe, la mayor caída en un mismo día en Managua en demanda de justicia y democracia.
Unas horas bastaron para que cayeran los siete “chayopalos” de Rosario Murillo. Ya en el suelo, los presentes acostumbran a saltarle encima para aplastar las bujías de la estructura metálica.
Con las siete arbolatas derribadas hoy, los nicaragüenses han removido 26 en Managua y uno en León. Cada árbol de lata tiene un costo de 25 mil dólares, gasto considerado por la población como innecesario.
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