El director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas, David Beasley, concluyó este viernes una visita a Corea del Norte, país que, afirmó, “necesita una ayuda humanitaria continua”, después de que se haya interrumpido con anterioridad.
Beasley, quien ha visitado desde el martes pasado las operaciones del PMA en el país con el objetivo de evaluar las necesidades sobre el terreno, reclamó más fondos para atender a 650.000 mujeres y niños al mes, según un comunicado de la agencia, con sede en Roma.
El momento coincide con la reciente apertura diplomática protagonizada por el dictador norcoreano Kim Jong-un, que se reunirá el próximo 12 de junio en Singapur con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, después de su histórico encuentro el pasado 27 de abril con el mandatario surcoreano, Moon Jae-in.
Según Beasley, falta mucho trabajo por realizar, ya que existe una “necesidad verdadera de una asistencia humanitaria continuada, sobre todo cuando se trata de satisfacer las necesidades nutricionales de madres y niños pequeños”.
Por su parte, el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, anunció que Washington ayudará económicamente a Corea del Norte si se deshace de sus armas nucleares, y reiteró su objetivo de conseguir una desnuclearización “completa, verificable e irreversible” de la península norcoreana.
El Programa Mundial de Alimentos, cuyo principal donante es Estados Unidos, ha tenido que recortar en el pasado la ayuda alimentaria en forma de cereales reforzados y galletas por falta de fondos y ha llegado a suspenderla en algunos casos.
“Aunque quedan retos significativos, soy optimista. Veo un país que está trabajando duro para lograr seguridad alimentaria y buena nutrición. Creo que, con un trabajo duro y el apoyo del mundo, podremos marcar la diferencia”, remarcó el responsable.
Durante su visita, el director ejecutivo se reunió con funcionarios gubernamentales en Pyongyang durante dos días y las otras dos jornadas las dedicó a visitar proyectos del PMA en varias zonas rurales del país.
Corea del Norte, un Estado regido desde su fundación en 1948 por la familia Kim bajo un sistema económico basado en el comunismo más ortodoxo, sufre desde la década de 1990 una constante escasez de alimentos y depende de la ayuda exterior para mantener a su población.
Conforme a las últimas estimaciones de la ONU, la reducida cosecha de cereales por la sequía, el limitado suministro de petróleo y el impacto de las sanciones económicas internacionales aumentarán en 2018 los niveles de inseguridad alimentaria, lo que podría sufrir un 70 % de la población norcoreana.
Fuente: EFE
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