El poeta y sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal dijo que “no debe haber diálogo” entre el presidente Daniel Ortega y la sociedad civil, sino que debe elegirse “otro gobierno, una república democrática”, tras la ola de violencia que el país vivió la semana pasada a raíz de protestas estudiantiles.
En entrevista exclusiva con dpa, Cardenal se refirió a las protestas protagonizadas por miles de jóvenes en Managua y otras ciudades del país, donde la acción policial dejó decenas de muertos y cientos de heridos y detenidos según entidades no gubernamentales. El Gobierno sólo reconoce 10 fallecidos.
“El diálogo no tiene sentido porque el diálogo es para entenderse, y nosotros no nos podemos entender”, dijo el autor de “El Evangelio de Solentiname”, que hace dos años se declaró “perseguido” por Ortega y por su esposa, la vicepresidenta designada Rosario Murillo, a quienes acusó de dirigir “una dictadura”.
“Lo que queremos es que haya otro Gobierno, una República democrática. ¿Para qué diálogo? Nada de diálogo”, insistió al ser consultado sobre las pláticas que se espera se realicen con mediación de cinco obispos de la Iglesia católica, en fecha aún no divulgada.
Cardenal, ministro de Cultura durante la revolución sandinista, opinó que fueron “proféticas” las palabras de su hermano Fernando, sacerdote jesuita que dirigió la campaña de alfabetización y falleció en 2016: “Mi esperanza es que los jóvenes vuelvan a las calles a hacer historia”.
“Ahora repentinamente en todo el país han surgido los jóvenes en protestas, tomándose las calles. Algo que no se esperaba porque la juventud parecía dormida, o que sobre ella había caído una losa sepulcral. Mi hermano lo habrá visto ahora desde la eternidad. Nicaragua en todas partes ha resucitado”, afirmó.
Recordó que ahora, como hace 40 años, Nicaragua ha vuelto a ser noticia mundial. “Durante muchos años yo había estado teniendo una oración tomada de uno de los ‘Salmos’: Señor, haz que volvamos a ser lo que fuimos. ¡Y he sido oído!”, aseveró.
Divorciado de Ortega y del Frente Sandinista desde hace dos décadas, Cardenal criticó la “locura y arrogancia” del Gobierno, en especial los más de 130 gigantescos árboles luminosos de hierro que Murillo instaló años atrás en distintas zonas de Managua, varios de los cuales fueron quemados y derribados durante las protestas.
Otro oligarca sale como cucaracha a pedir que Nicaragua se convierta en otra Honduras…que descaro