En un escrito de opinión la reconocida chef y presentadora de televisión Pinita Gurdián se pronunció sobre los recientes atropellos a los derechos humanos en el país.
“A finales de los 60 y principio de los 70 del siglo pasado, empezamos a escuchar las canciones de protesta de Carlos Mejía Godoy, que tantas conciencias golpearon y ayudaron a abrir nuestros ojos a la realidad que se vivía en aquel entonces. Una realidad irónicamente parecida a la actual”, afirma Gurdián.
En su escrito, Pinita recuerda los acontecimientos históricos donde “tantas vidas jóvenes y generosas llenas de ideales en busca de un mundo más justo y más humano”.
“Donde las autoridades servirían para protegernos. Donde los puestos públicos existirían para servir y no para servirse. Soñábamos con una sociedad en donde las torturas y los vejámenes fueran referencias de una vieja historia”, recuerda.
La reconocida presentadora de “cocinando con Pinita” explicó su presencia recientemente en una protesta ante el Ministerio Público.
“Yo no puedo callar. Es por eso que hace algunos días me presenté ante el Ministerio Público, junto con un grupo de mujeres y hombres, varios jóvenes, a interponer una denuncia por los asesinatos que el Ejército ha venido cometiendo en las montañas y zonas rurales de Nicaragua”, escribió.
Pinita hace énfasis en los acontecimientos ocurridos en la Cruz de Río Grande, donde masacraron a 2 menores de edad.
“Doña Elea Valle, su madre, se desplazó hasta Managua para denunciar los hechos y pedir le entreguen los cadáveres para darles cristiana sepultura. Por la forma en que las fotos presentan los cadáveres, hay indicios de que, además, la niña fue violada”, comentó.
Sin indiferencias
Por otro lado califica de “monstruoso maltrato” policial al campesino Juan Rafael Lanzas en Matagalpa y que lo dejó sin sus piernas.
“Las golpizas y las condiciones antihigiénicas en que permaneció arrestado en Matagalpa, le provocaron tal condición, que tuvieron que amputarle sus dos piernas y tiene llagas en todo su cuerpo”, refiere.
Explica que no puede pasar indiferente ante el dolor de tanta gente.
“Tengo que dar la cara, no voltearla y hacerme la loca. No puedo pasar indiferente viviendo mi vida tranquilamente solo porque a mí todavía no me ha sucedido. Porque si lo pensamos bien, a cualquiera le puede llegar el turno acusándonos de cualquier calumnia. Inventando cualquier pretexto. Me pongo en el lugar de ella, de doña Elea. Tengo dos nietos y una nieta de esas mismas edades”.
Insta a los nicaragüenses a protestar “por los atropellos que sufren nuestros hermanos y hermanas”.
“Mientras nos quejamos y no hacemos nada esperando que otros hagan lo que nos corresponde hacer, la violencia y los atropellos irán en aumento”, afirma.
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