Cuba reconoció hoy el avance que supuso para los nexos migratorios con EE.UU. la derogación, hace un año, de la política “pies secos/pies mojados”, que ofrecía un trato preferencial a sus ciudadanos, pero insistió en que no habrá “normalización” mientras siga vigente la Ley de Ajuste Cubano.
El fin de “pies secos/pies mojados” fue “uno de los pasos más trascendentales” dentro de la nueva etapa que ambos países viven tras el restablecimiento oficial de relaciones, después de más de medio siglo de enemistad acérrima, publicó este viernes el diario estatal Granma en un suplemento dedicado al aniversario del suceso.
El órgano oficial del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC, único legal) reconoció que el fin de “pies secos/pies mojados” ha reducido “casi a cero” las “salidas ilegales por medios rústicos”.
Instaurada en 1995, esta política era resultado de un acuerdo entre la administración del expresidente estadounidense Bill Clinton con Cuba y la revisión de la Ley de Ajuste Cubano, vigente desde 1966, que autoriza a los cubanos a recibir la tarjeta de residencia permanente al año de su permanencia en EE.UU.
“Pies secos/pies mojados” garantizaba refugio a todos los cubanos que lograsen llegar a territorio de Estados Unidos, ya fuera de manera regular o irregular (“pies secos”), pero comprometía a Washington a devolver a los detenidos en el mar (“pies mojados”).
Este fue durante años el acicate para que miles de isleños se lanzaran al mar en frágiles embarcaciones con la esperanza de cruzar el estrecho de Florida y tocar tierra.
Un artículo de Granma sobre la “historia convulsa” de la migración entre las dos naciones, separadas por 145 kilómetros de mar, recuerda que el Estado cubano considera a esta política como “un estímulo a la emigración irregular, al tráfico de emigrantes y a las entradas irregulares a Estados Unidos desde terceros países”.
“Al admitirlos (a los cubanos) automáticamente en su territorio, (EE.UU) les confería un trato preferencial y único que no reciben ciudadanos de otros países, por lo que también era una incitación a las salidas ilegales”, aseguró un comunicado oficial del Gobierno de la isla divulgado el 12 de enero de 2017 y citado hoy por el diario.
Su implementación “provocó crisis migratorias, secuestros de naves y aeronaves y la comisión de delitos, como el tráfico de emigrantes, la trata de personas, el fraude migratorio y la violencia con un impacto extraterritorial desestabilizador creciente sobre otros países de la región, utilizados como tránsito”.
También mencionó como un avance en la relación migratoria bilateral el fin del programa de Parole para Profesionales Médicos Cubanos, que incentivaba el abandono de las misiones médicas en terceros países, principalmente en América Latina.
Fuente: EFE
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