Para averiguar la hora exacta del terremoto que arrasó con Managua en las primeras horas del 23 de diciembre de 1972 basta con darle un vistazo a la antigua catedral de la capital nicaragüense.
El reloj del campanario de su costado sur se paró para siempre a las 12:35 de aquella madrugada de infierno, en la que cerca de 20.000 personas perdieron la vida, cuando un sismo de 6,2 grados azotó a la ciudad centroamericana casi en vísperas de Navidad.
45 años después es toda la catedral, y no sólo su reloj, la que sirve de recordatorio del fatídico evento.
Lo que dejó el terremoto
La imponente mole gris nunca ha sido reparada y sus heridas siguen estando ahí, para el que quiera verlas.
El campanario sur, claramente torcido, perdió la cruz que lo coronaba. Numerosas paredes están cruzadas por grietas; varios ventanales, tapiados.
Y el metal de su estructura interna está a la vista en diferentes lugares, especialmente ahí donde falta el techo… Generaciones enteras de managuas se han acostumbrado a verla así.
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