Las autoridades canadienses temen que las deportaciones masivas prometidas por Trump impulsen a los migrantes hacia el norte de sus fronteras, es por ello que el gobierno comenzará a endurecer sus políticas migratorias.
Como parte de las nuevas medidas las autoridades canadienses están elaborando planes para añadir patrullas, comprar nuevos vehículos y establecer instalaciones de acogida de emergencia en la frontera entre el estado de Nueva York y la provincia de Quebec.
Con 8891 kilómetros, es la frontera más larga entre Estados Unidos y Canadá. De hecho, el cambio en las políticas migratorias se da luego de la reciente victoria del republicano Donald Trump, en las elecciones del pasado 5 de noviembre en el país norteamericano.
Tom Homan, exjefe de la Oficina de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos, y recién nombrado por Trump como encargado de las deportaciones masivas en ese país, calificó la frontera norte del país vecino como un “problema de seguridad nacional” y sugirió que Canadá podría estar siendo utilizada como puerta de entrada para migrantes provenientes de diferentes países.
En ese contexto, luego de la victoria de Trump en los comicios, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, anunció que su gobierno pretende reducir la cantidad de migrantes que aceptará en los próximos años.
Según Trudeau, esta decisión se tomó porque el país no logró un equilibrio entre las necesidades de mano de obra y el crecimiento de la población, entre otros factores. Desde el gobierno esperan que la reducción se lleve a cabo de manera paulatina y conforme transcurra el tiempo, por lo que se espera que cada día se disminuirá la cantidad de migrantes permitida en Canadá.
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