Alternativa para Alemania (AfD), el partido de derecha que se ha convertido como vencedor en las pasadas elecciones regionales del país europeo, y aunque no se tratan de los comicios generales a celebrarse dentro de un año, el grupo político dio un duro golpe al Gobierno del canciller Olaf Scholz, de izquierda.
Tras los resultados, el AfD se convirtió en el partido más fuerte en el estado oriental de Turingia, con el 33,5% de los votos, y quedó en un cercano segundo lugar en Sajonia, con el 31,5% de los votos.
Mientras que la coalición de centro-izquierda SPD de Scholz, cayó a un pésimo quinto puesto en ambos estados.
Scholz calificó los resultados de “amargos” y, apelando al principio europeo del “cordón sanitario”, instó a los partidos mayoritarios de Turingia y Sajonia a excluir a la AfD de cualquier coalición de gobierno estatal.
“Todos los partidos democráticos están llamados ahora a formar gobiernos estables sin extremistas de derechas”, dijo Scholz en un comunicado.
Alice Weidel, colíder de la AfD, dijo a la radio alemana que los resultados eran un “réquiem” para la coalición de Scholz y cuestionó “si puede seguir gobernando”.
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