Algunos predican una cosa y hacen otra

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El semáforo se puso amarillo exactamente cuando él iba a cruzar en su carro y como era de esperarse, hizo lo correcto: se detuvo en la línea del paso para los peatones, a pesar de que podría haber acelerado a fondo cuando estaba el semáforo en amarillo y pasarse con la luz roja.

La mujer que estaba en el carro detrás de él estaba furiosa. Le tocó un largo pitazo por un largo rato e hizo comentarios groseros gritándole, ya que por culpa suya no pudo pasar… y para colmo, se Le cayó el celular y se le dañó el maquillaje.

En medio de su berrinche, la mujer oyó que alguien le tocaba la ventana a su lado. Allí parado junto a ella, estaba un policía mirándola muy seriamente. El oficial le ordenó salir de su carro con las manos arriba y la llevó a la estación de policía donde la revisaron de arriba abajo, le tomaron fotos, las huellas digitales y la pusieron en una celda.

Después de una hora, un policía se acercó a la celda y le abrió la puerta. La señora fue escoltada hasta el mostrador, donde el policía que la detuvo la estaba esperando con sus cosas personales, y le dijo:

– “Señora…. la mandé a bajarse del carro mientras usted se encontraba tocando el pito muy fuertemente, queriendo pasarle por encima al carro que tenía adelante, maldiciendo, gritando improperios, furiosa y diciendo palabras vulgares.

Mientras la observaba, me di cuenta de que, de su espejo retrovisor, cuelga un rosario; su carro tiene en su bómper un sticker que dice “¿Qué haría Jesús en mi lugar?”; en su vidrio trasero tiene otro que dice: “Yo defiendo la Vida” y además tiene otro sticker que dice “Sígueme el domingo a la iglesia’ y finalmente, tiene el emblema cristiano del pez. Como era de esperarse, ¿qué podía yo pensar? ¡Me imaginé que ese carro era robado!”

Esta historia muestra la importancia de ser coherentes entre lo que creemos y lo que hacemos. Si somos cristianos, actuemos siempre como cristianos. Se me viene a la memoria algo que una vez me enseñaron: “¡Cuida tu vida, cristiano, porque esa puede ser el único Evangelio que llegue a conocer tu hermano!”

Hay quienes van por la vida predicando una cosa mientras hacen otra.

¡Qué mal testimonio dio esa señora!

Adolfo Miranda Sáenz

https://adolfomirandasaenz.blogspot.com

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