El líder de una secta keniana Paul Mackenzie y algunos de sus seguidores fueron acusados este martes del asesinato de 191 niños cuyos cadáveres fueron encontrados enterrados en un bosque.
Todos los acusados negaron los cargos presentados ante un tribunal de la ciudad costera de Malindi y uno de los sospechosos fue declarado mentalmente incapacitado para ser juzgado.
Los fiscales afirman que Mackenzie ordenó a sus seguidores que se mataran de hambre a sí mismos y a sus hijos para poder ir al cielo antes de que se acabara el mundo. Además de los cuerpos de los menores, se habla que puede haber más cadáveres.
Medios internacionales estiman que puede haber un total de 400 muertos. Los restos han sido encontrados en el bosque de Shakahola, aunque de momento las autoridades acusan al líder de la secta del fallecimiento de los niños.
Mackenzie fue detenido el pasado mes de abril, cuando empezaron a descubrirse los cadáveres. Ya ha sido acusado de delitos relacionados con el terrorismo, homicidio involuntario y tortura.
Se sospecha que los acusados presuntamente cometieron los asesinatos en masa en diversas fechas desconocidas, desde enero de 2021 hasta septiembre de 2023. La horrible escena tuvo lugar en la República de Kenia o la República de Kenya, país del este africano.
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