La escasez de agua ha dejado a 134 buques atascados en el famoso Canal de Panamá, una de las vías de navegación más importantes y transitadas del mundo.
La disminución del nivel del agua ha convergido para crear una situación complicada que está afectando el comercio global y la logística marítima.
El Canal utiliza un sistema de esclusas que elevan los barcos al nivel del lago Gatún, del que proviene el agua, y navegan por el cauce de esta infraestructura que comunica los océanos Pacífico y Atlántico. Cada año utilizan el pasaje entre 13.000 y 14.000 embarcaciones.
El Canal de Panamá, que conecta los océanos Atlántico y Pacífico, es vital para el comercio internacional, ya que permite a los buques evitar rutas marítimas más largas y costosas alrededor de América del Sur.
Las autoridades del Canal de Panamá están trabajando arduamente para encontrar soluciones temporales.
El tiempo medio de espera para tránsitos no reservados se sitúa entre nueve y 11 días, si bien el Canal ha optado por ampliar la condición de reserva 3, lo que permite gestionar la congestión y garantizar que los buques en ruta o en cola, que no hayan conseguido reservas, puedan seguir transitando de forma continua.
El Canal lleva aplicando medidas de ahorro de agua en sus operaciones desde el 3 de enero de este año. Ya en febrero, avisaba en una publicación en su web de los desafíos que supone la temporada seca, entre ese mismo mismo y mediados de abril o principios de mayo, en la infraestructura.
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