Irán llevó a cabo el jueves 8 de diciembre la primera ejecución conocida vinculada con las protestas por la muerte de Mahsa Amini, ahorcando a Mohsen Shekari, de 23 años, condenado por haber bloqueado una calle y haber herido a un miembro de la fuerza paramilitar Basij.
Sin embargo, según la versión de los opositores, Mohsen se estaba defendiendo del ataque del hombre armado.
Irán es escenario de una ola de protestas tras la muerte el 16 de septiembre de Mahsa Amini, una kurda iraní de 22 años fallecida tras ser arrestada por la policía de la moral por vulnerar el código de indumentaria del país, que obliga a las mujeres a llevar velo.
“Mohsen Shekari, un alborotador que bloqueó el bulevar Sattar Khan [en Teherán] el 25 de septiembre y apuñaló con un machete a un Basij, fue ejecutado el jueves por la mañana en la capital iraní”, indicó la agencia del poder judicial, Mizan Online.
Por su parte, Mahmood Amiry-Moghaddam, director de la oenegé Iran Human Rights (IHR), radicada en Oslo, señala que la ejecución de Mohsen Shekari debe toparse con fuertes reacciones, de lo contrario, lidiaremos con ejecuciones diarias de manifestantes.
Según él, Shekari fue sentenciado a muerte en una farsa judicial sin un debido proceso.
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