El papa Francisco dejó abierta la posibilidad de su renuncia, al afirmar que ya no puede viajar como antes debido a sus problemas en los ligamentos de la rodilla.
Sin embargo, el máximo líder de la iglesia católica a nivel mundial precisó que la renuncia no será de manera próxima.
“La puerta está abierta. Es una opción muy normal”, manifestó el pontífice, de 85 años, en el vuelo de regreso a Roma tras su viaje a Canadá, donde pidió perdón a los pueblos indígenas por los abusos de la iglesia.
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“Creo que a mi edad, y con esta limitación, tengo que ahorrar un poco (de energía) para poder servir a la Iglesia o, por el contrario, pensar en dar un paso al costado”, afirmó Francisco.
El papa habló con respecto a su estado de salud, ya que en los últimos días, apenas podía caminar y se ha tenido que desplazar en una silla de ruedas la mayor parte del tiempo. Su predecesor, el Papa emérito Benedicto XVI, renunció en el 2013, a los 85 años.
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