El próximo 31 de julio se cumplen dos años del “atentado” en contra de la iglesia católica, cuando una capilla de la Catedral Metropolitana de Managua, Inmaculada Concepción de María fue incendiada.
Las autoridades eclesiásticas invitaron a los fieles a conmemorar dicha fecha participando en una “jornada de reparación por el atentado cometido en contra de la Sangre de Cristo”. Un desconocido “arrojó una bomba para incendiar la imagen”, detalló la iglesia católica el mismo día del ataque.
Un portavoz de la iglesia recordó que la imagen de la Sangre de Cristo permanece en Nicaragua desde 1638, y en 1996, el papa San Juan Pablo II se arrodilló y oró ante ella.
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Posterior al ataque del 31 de julio, las autoridades policiales determinaron que se trató de un accidente desatado cuando un recipiente con alcohol cayó sobre una veladora.
El papa Francisco calificó lo ocurrido como un “atentado” contra el templo de Nicaragua.
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