Las declaraciones del embajador de Daniel Ortega ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Arturo McFields, sorprendieron al pueblo de Nicaragua y a la comunidad internacional. Muchos han reaccionado, incluido religiosos católicos.
Y es que sus palabras están calando en la palestra política y social porque es histórico que un diplomático denuncie abusos y violaciones a derechos humanos cometidas por el gobierno al que representa en un organismo tan importante como la OEA.
El Obispo Auxiliar de Managua, Monseñor Silvio José Báez, que reside en Miami, Estados Unidos, se mostró admirado y agradecido por la valentía del nicaragüense, y aseguró que el pueblo se lo agradecerá.
El jerarca católico consideró que fue “un gesto en favor de la vida y de la verdad”. Espera que muchos sigan el ejemplo de McFields y pidió a Dios protección hacia el nicaragüense que se rebeló.
La denuncia
En la denuncia de McFields. que también es periodista, dijo que los trabajadores del Estado son obligados a “repetir consignas, porque si no lo hacen pierden el empleo”. “Denunciar no es fácil, pero seguir guardando silencio y defender lo indefendible, es imposible”, agregó, destacando que siente “temor” por rebelarse contra el gobierno de Ortega.
El exembajador se portó sensato, y admitió que “nadie debe morir en la cárcel”. Desde el año 2018, en los penales de Nicaragua, han muerto dos presos políticos; Eddy Montes Preslín, y recientemente Hugo Torres, un general en retiro y exguerrillero que participó en importantes acontecimientos históricos del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y su lucha contra el somocismo, incluso en una operación para rescatar al mismo Ortega.
Recordó que, desde el año 2018, “Nicaragua se convirtió en el único país de Centroamérica donde no hay periódicos impresos, ni libertad de publicar un simple tuit o comentario en las redes sociales”, y mencionó también que no existen organismos de derechos humanos porque “todos fueron cerrados, expulsados o clausurados”.
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“No hay partidos políticos independientes, no hay elecciones creíbles, y no existe separación de poderes, sino poderes fácticos”, refirió. Sus palabras fueron emitidas en una reunión del Consejo Permanente de la OEA.
Al concluir, aprovechó para condenar que universidades privadas hayan sido confiscadas, y que 137 organizaciones no gubernamentales perdieran su personería jurídica por orden del Ejecutivo. Seguido lamentó que al menos 170 mil nicaragüenses se han ido del país, y otros siguen huyendo.
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