El secretario de Estado para Iberoamérica y el Caribe, Juan Fernández Trigo, citó al embajador de Nicaragua en España, Carlos Midence, para solicitar una explicación del por qué el Gobierno de Daniel Ortega no permitió el ingreso de la embajadora española, María del Mar Fernández-Palacios, que estaba devuelta en la nación centroamericana.
Fuentes diplomáticas manifestaron a la agencia de noticias EFE, que el Ministerio de Asuntos Exteriores manifestó a Midence que “la falta de embajadora en Managua suponía una asimetría en las relaciones diplomáticas entre ambos países”.
Canciller de Nicaragua, Denis Moncada, junto a embajadora española, María del Mar Fernández-Palacios.
Horas más tardes de la cita, las autoridades nicaragüenses respondieron orientando la retirada de su embajador en Madrid. Expresaron que la decisión giraba en torno a las “continuas presiones y amenazas injerencistas” sobre el embajador Midence, las cuales “hacen imposible el ejercicio de la labor diplomática”, se lee en el escrito.
“El Gobierno de la República de Nicaragua a través de su Ministerio de Relaciones Exteriores, comunica a esa Cancillería del Reino de España, su decisión de retirar de funciones al Embajador Carlos Midence”, detalló el comunicado emitido por la Cancillería nicaragüense.
Relaciones España-Nicaragua agonizan
Y en la misma línea, antes que se anunciara el retiro diplomático, el centro recreativo y club campestre Casa España-Nicaragua, ubicado en Carretera a Masaya y administrado por una asociación española, divulgó que cerraría operaciones por orientación del Ministerio de Gobernación (Migob).
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Casa España lamentó la situación porque afectará los derechos que genera la membresía, el número de asociados, la sostenibilidad financiera de la asociación y la estabilidad laboral de los trabajadores. “Ni en las peores crisis sufridas en tiempos de pandemia se pensó en este escenario”, expresó el club.
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