La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a través de su relatora, Esmeralda Arosemena de Troitiño, expresó su preocupación por las crisis que aquejan a la región y el deterioro de derechos humanos, especialmente en Nicaragua y Venezuela.
Arosemena de Troitiño se refirió a los presos políticos nicaragüenses, cuya liberación fue demandada una vez más el pasado lunes. “Me preocupa el sistema de justicia y esa falta absoluta de independencia para el manejo de las investigaciones”, manifestó.
Pidió se permita entrada a la Dirección de Auxilio Judicial, conocida como el “nuevo chipote” para corroborar que no tiene condiciones. Más de 30 opositores arrestados en los últimos siete meses permanecen en ese penal. Los familiares han denunciado torturas, interrogatorios y falta de accesos a recursos básicos, como alimentación y medicina.
El organismo internacional comentó que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ni el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, “están dando ninguna muestra de un diálogo constructivo”. “No es un hombre o una mujer en el poder, es toda la institucionalidad de esos países que debe funcionar”, destacó.
Esmeralda Arosemena de Troitiño.
“Lo que estamos viviendo en los países para atender la crisis migratoria de Venezuela también está impactando nuestras democracias. No es el caso de Nicaragua ni el caso de Venezuela es el caso de la región”, aseveró.
Por ello, la relatora de la CIDH hizo un llamado a Ortega y Rosario Murillo, mandatarios de Nicaragua, a que instauren un “diálogo realmente constructivo” o a “que se reconozca que van a imponer sus leyes y sus pautas y que eso es lo que hace un régimen”.
Sin embargo la CIDH considera que la liberación de las personas encarceladas por razones políticas, “porque es la vida y la integridad de los ciudadanos en las condiciones que hoy se denuncian, son los testimonios de mujeres y hombres que están sufriendo tortura, que sus vidas están en peligro. Debe ser una condición sine qua non para todo diálogo”, reiteró.
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