Un mono congo hembra fue el último paciente en llegar al Centro de Paso de Animales, en el noreste de Nicaragua. Al menos 117 criaturas de distintas especies encontraron una segunda oportunidad en el lugar tras ser desplazados por los huracanes Eta e Iota en noviembre 2020, y este lugar los ha acogido.
El animal llegó con la cabeza abierta por una herida, de la que no se sabe si fue producida por otro animal o un cazador, contaron a la agencia EFE los colaboradores del centro, ubicado en la zona de amortiguamiento de la Reserva de Biósfera Bosawás.
“Mineros artesanales la trajeron, tenía una herida abierta en la cabeza y aquí la curamos y atendimos con ayuda de una veterinaria. Le dimos seguimiento por un mes hasta que se recuperó totalmente, y la liberamos para que se reuniera con una manada de monos congos de la zona”, afirmó la responsable del centro, Issel Solórzano.
El Zoológico Nacional también posee un centro de atención de animales. Foto: La Prensa.
Detallaron que el local donde ahora se encuentran los animales incluye un área de refugio y recuperación. Hasta ahora se desconoce el impacto real en la fauna nicaragüense por el paso de los huracanes Eta y Iota, que dejaron pérdidas de más de 100 millones de dólares en el sureste de Nicaragua, la zona más pobre y aislada del país.
El funcionamiento del centro es un trabajo conjunto entre la Cooperativa de Servicios Múltiples Ambientales Wastuna, el complejo de la minera Hemco, y las autoridades ambientales de la zona.
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Un estudio de la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense (Uraccan) y del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena) presentado en diciembre de 2020, indicó que, tras el paso de Eta e Iota, los animales salvajes se acercaron a las zonas habitadas por humanos en busca de agua, alimento y refugio.
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