Dos ciudadanos nicaragüenses identificados como Erling Francisco Tinoco Torrez de 23 años de edad, y Bismarck José Contreras Herrera de 30 años, fueron secuestrados en México.
Sus familiares declararon que ambos ciudadanos optaron por emigrar debido a “persecución política” de la cual han sido “víctimas”, pues son señalados como opositores y de haber participado en las protestas antigubernamentales en el año 2018.
La madre de Tinoco Torrez expresó estar muy preocupada por la situación de su hijo. “Él había estado en Costa Rica y acababa de llagar a Nicaragua, sólo se despidió de familiares y agarró viaje para los Estados Unidos. El sábado a las cinco de la tarde se comunicó conmigo para decirme que iba rumbo a Monterrey y a las seis y cuatro minutos ya solo recibí un mensaje que decía “recauden dinero”. Hoy se comunicó conmigo desde otro número y me dijo que estaban secuestrados y que necesitan pagar diez mil dólares por el rescate”, narró la progenitora.
Por su parte la hermana de Bismarck Contreras, manifestó que “él salió junto con su amigo el miércoles 11 de agosto, y tres días después llegaron a Tapachula, estado de Chiapas, México en donde estuvieron por 15 días, buscando obtener la visa humanitaria que les permitiera cruzar el territorio hasta la frontera con Estados Unidos. La travesía hasta suelo estadounidense inició hace tres días, sábado cuatro de diciembre, desde Cancún con rumbo a Nuevo Laredo, en donde fueron secuestrados”, contó.
Agregó que hasta el momento, los secuestradores no se han comunicado con ella. “Ellos les facilitan un teléfono a los chavalos para que ellos pidan la ayuda a los familiares y están cobrando cinco mil dólares por cada uno”, refirió.
“Cuando ya uno tiene listo el dinero le hace un depósito a una cuenta de banco. Entonces uno deposita la mitad que son cinco mil dólares para pagar en esa casa de seguridad que le llaman ellos y luego debe depositar los otros cinco mil cuando ellos ya los hayan dejado en la frontera”, explicó la hermana de Contreras.
Bisnarck recibía asedio en la ciudad de Estelí. Su familia, al igual que la de Tinoco Torrez, son de escasos recursos económicos y no cuentan con la cantidad de dinero solicitada por los secuestradores.
Amistades de ambos están buscando la manera para recaudar el dinero que se requiere para pagar el rescate a los secuestradores y ellos sean liberados lo más pronto posible en la frontera entre México y Estados Unidos.
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