La emigración en Nicaragua se ha disparado en los últimos meses “por una nueva represión” de las autoridades, según el organismo Migration Policy Institute (MPI) de Costa Rica. De enero a mediados de septiembre de 2021, más de 23 mil nicaragüenses solicitaron asilo en el vecino país del sur.
Estas personas se suman a los casi 64 mil nicas que han solicitado el estatus de refugiado en Costa Rica entre los años 2018 y 2020, desde inicio de la crisis sociopolítica y económica.
La organización expresó que en su momento la emigración se detuvo por la pandemia del COVID19, pero el flujo de migrantes se intensificó producto del panorama desalentador originado por el arresto de más de 30 opositores reconocidos, incluidos aspirantes presidenciales, líderes estudiantiles, periodistas, dirigentes campesinos y hasta empresarios.
Antes del 2017 los nicaragüenses representaban una pequeña parte de los solicitantes de asilo, pero un año después cambió. Los nicas pasaron a representar el 83 por ciento de los solicitantes, y actualmente representan el 86 por ciento en lo que va de 2021.
La Merced, el parque de los nicas en Costa Rica.
La situación es compleja. Migration Policy Institute (MPI) agregó que aunque Costa Rica mantiene una política de receptividad hacia los solicitantes de asilo y otros migrantes, los que demanda refugio enfrentan exclusión social, discriminación y estigma.
“La hostilidad ha estado históricamente latente en las relaciones interpersonales costarricenses-nicaragüenses, pero ha estallado en ocasiones, incluso desde 2018. En medio de una creciente afluencia de solicitantes de asilo, costarricenses gritando cánticos antiinmigrantes marcharon en agosto de 2018 a un parque de San José conocido como un lugar de encuentro para los nicaragüenses”, señaló el organismo.
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