Militantes suicidas causaron la muerte de al menos 41 personas y 68 heridos este viernes al atacar una mezquita chiíta en la ciudad de Kandahar, en el sur de Afganistán.
Medios internacionales informan que todo apunta que se trata de un nuevo atentado del autodenominado Estado Islámico y es la segunda semana consecutiva en que bombardean las oraciones del viernes y dan muerte a decenas de fieles del credo minoritario.
Por lo tanto, los talibanes han condenado la matanza que han atribuido a un terrorista suicida, aunque los relatos de testigos indican que pudieron ser varios. Por el momento, ningún grupo ha asumido la responsabilidad.
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Según Sardar Mohammad Zaidi, imán de la mezquita, observaron que eran cuatro atacantes, dos de los cuales se fugaron en la entrada, lo que permitió a los otros dos acceder al interior, donde detonaron sus explosivos entre unos 3 mil fieles justo cuando terminaba la oración del viernes.
Los atentados han causado conmoción y terror entre los miembros de la minoría chiíta de Afganistán. Además, ponen en duda la pretensión del movimiento talibán gobernante de haber restaurado la seguridad desde que tomó el control del país en agosto.
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