Durante 82 años, la firma consultora PwC —antes conocida como PricewaterhouseCoopers y que fue creada en Londres hace más de un siglo— ha tenido una excelente reputación en el conteo de votos para decidir los ganadores de los premios Oscar, pero después del error ocurrido la noche del domingo, esa reputación quedó en duda.
La empresa fue la responsable de la equivocación en la que los actores Faye Dunaway y Warren Beatty anunciaron erróneamente que “La La Land” había ganado mejor película, cuando la verdadera ganadora fue “Moonlight”.
Resulta que los presentadores habían recibido el sobre equivocado de manos de los tabuladores de PwC, que en este caso le dieron el sobre en que se anunciaba a Emma Stone como ganadora a mejor actriz por “La La Land”. Al final corrigieron el error en medio de la transmisión, pero aún no queda claro cómo ello ocurrió.
Sea cual sea la explicación, el incidente ha dado pie a innumerables bromas y chistes en todo el mundo, pero para PwC, cuya sede está en Londres, no hay ninguna razón para reír. Según Nigel Currie, especialista en marcas basado en Londres y que tiene décadas de experiencia en el sector, éste es “el peor error que uno se puede imaginar”.
“Tenían una tarea bastante simple y la estropearon de manera espectacular”, opinó. “Seguro sostendrán reuniones de emergencia para decidir qué medidas tomar”.
Las empresas se esfuerzan mucho por proteger su imagen y su reputación y porque se les considere buenos contribuyentes a la sociedad. En la historia abundan los ejemplos de grandes reputaciones que caen en picada, entre ellos el jugador de golf Tiger Woods, el ciclista Lance Armstrong, la empresa petrolera BP.
Currie dice que a PwC no le queda otra alternativa que decir la verdad de lo sucedido y explicar exactamente qué ocurrió, a fin de limitar el daño a su reputación.
Fuente: El Nuevo Herald
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