Contra todo pronóstico, la Corte de Justicia de la República (CJR) ha considerado hoy en París culpable de negligencia en el desvío de fondos públicos a Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). Dadas las circunstancia de la crisis mundial que se vivía en 2007 y 2008 y dada la personalidad internacional de Lagarde, la Corte no le aplica, sin embargo, pena alguna ni la condena aparecerá en sus antecedentes penales. Un veredicto tan contradictorio obliga al organismo internacional a replantearse su opción de prorrogar el mandato de Lagarde.
Christine Lagarde no ha comparecido hoy ante la Corte de Justicia de la República para escuchar este varapalo a su gestión política cuando era superministra de Francia de Economía, Finanzas, Industria y Empleo. Había volado ya a Washington este fin de semana, donde trabaja, al frente del FMI. Su brillante carrera política queda, a pesar de la contradicción del veredicto, en suspenso.
El Director de Comunicaciones del FMI, Gerry Rice, en relación con este caso, ha realizado una declaración oficial en Washington. “El Directorio Ejecutivo se ha reunido en ocasiones anteriores para considerar los acontecimientos relacionados con el proceso judicial de Francia. Se prevé que el Directorio Ejecutivo vuelva a reunirse próximamente para analizar los acontecimientos más recientes”, se ha limitado a señalar.
Solo la instrucción del caso en el seno de la Corte de Justicia de la República (CJR), que dedicaba gruesas apreciaciones sobre la actuación de Lagarde, y el duro interrogatorio al que le sometió la semana pasada la presidenta del tribunal, Martine Ract Madoux, presagiaban este resultado. En Francia hay cierto escepticismo hacia el CJR, un tribunal especial en el que participan los propios parlamentarios para juzgar a su pares. Según los hechos ahora sancionados, Christine Lagarde actuó de manera negligente en uno de los escándalos políticos de la época del presidente Nicolas Sarkozy que aún hoy sigue enredado en otras jurisdicciones francesas.
Lagarde, nombrada ministra de Economía en 2007, dio luz verde nada más aterrizar en su ministerio a organizar un arbitraje privado para atender las demandas millonarias del empresario Bernard Tapie, que había apoyado la campaña de Sarkozy y era amigo del recién llegado al Elíseo. Ese arbitraje privado, anulado el pasado año por la justicia, se resolvió en 2008 con la adjudicación al empresario de 403 millones de euros.
Lagarde se ha presentado como víctima de unos manejos que se hicieron en su ministerio, pero a sus espaldas.
La CJR no ha condenado la decisión de ir al arbitraje. El contencioso que enfrentaba al empresario con el Crédit Lyonnais llevaba años en los tribunales de comercio y estaba costando dinero al Estado. La considera culpable de negligencia, sin embargo, por no haber presentado recurso nueve meses más tarde, cuando llegó el acuerdo de los 403 millones, porque Christine Lagarde desechó de manera precipitada presentar recurso contra el resultado, tan “nefasto” para el Estado, según ha dictaminado ahora el tribunal en su sentencia.
Fuente: El País
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