Al pasar por Carretera Sur, exactamente en la residencia La Guadalupana en Managua, se observa a una batería de policías apostados en las afueras de una vivienda. Y es que allí habita la aspirante presidencial Cristiana Chamorro, quien este 2 de julio cumple un mes bajo “arresto domiciliar”.
El pasado 2 de junio la policía, dominada por el gobierno de Daniel Ortega, giró una orden de captura para Chamorro. Desde entonces la opositora permanece encarcelada en casa, sin permiso de ver a su familia y representante legal. Una única vez ha podido conversar con su abogada, Orieta Benavides.
La litigante manifestó a La Prensa, donde Chamorro forma parte de la directiva, que aún no ha tenido acceso al expediente de la acusada.
El Ministerio Público acusa a Chamorro de “lavado de dinero” a través de la extinta Fundación Violeta Barrios de Chamorro (FVBCH), donde fungía como directora ejecutiva. Esta ONG decidió cerrar operaciones en el mes de febrero para no someterse a la Ley de Regulación de Agentes Extranjeros, aprobada para controlar financiamientos externos de las organizaciones que no son pro-gobierno.
Oficiales de la policía apostados en casa de Cristiana Chamorro.
Dos extrabajadores de la FVBCH se encuentran detenidos en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial, Evaristo Vásquez, conocido como “El Nuevo Chipote”. Marcos Fletes era el contador general, y Walter Gómez el administrador. Sus familiares no han podido verlos.
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Cristiana es hija de la expresidenta de Nicaragua, Violeta Barrios de Chamorro, quien derrotó a Daniel Ortega en las elecciones de 1990. Su padre es el mártir de la libertades publicas y exdirector de La Prensa, Pedro Joaquín Chamorro, asesinado en 1978.
El hermano de la opositora, Pedro Joaquín Chamorro (mismo nombre del padre) fue detenido por la policía la noche del pasado 25 de junio. Su otro hermano Carlos Fernando Chamorro, periodista y director del medio de comunicación Confidencial, decidió salir del país junto a su esposa para resguardar su libertad.
Las autoridades en Nicaragua detuvieron en menos de tres semanas a 21 opositores, entre ellos cinco aspirantes presidenciales.
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