El Obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, expresó este domingo 20 de junio en su homilía que “Jesús siendo de tarde nos invita a pasar a la otra orilla, por lo que no podemos continuar viviendo como si se estuviera en guerra de todos, contra todos, y contra todo”.
Agregó que los nicaragüenses debemos pasar a la otra orilla, “a la del amor, la de la verdad y a la de la gracia”.
Monseñor Álvarez considera que “Nicaragua es una barca” y según una afirmación del evangelio, se desató un fuerte viento provocando que las olas se estrellaban contra la barca, por lo que la iban llenando de agua.
“En la biblia según lo que nos dice el libro de Job y el salmo 106, el mar se considera como un elemento amenazador, caótico, que solo Dios el creador puede dominar, gobernar y silenciar”, explica el religioso contextualizándolo a la situación de Nicaragua.
Sin embargo hay otra fuerza positiva que mueve el mundo y la historia, nuestra historia y que es capaz como la levadura, como la semilla sembrada en buena tierra que crece silenciosamente, que transforma todo desde adentro, y esta fuerza es el amor de cristo, añadió.
Palabras de Álvarez emitidas en su homilía.
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“El amor de Cristo nos urge a los nicaragüenses, ese amor es indestructible, solo nos hundimos, necesitamos al señor como los antiguos marineros, porque con él a bordo no se naufraga”, dice monseñor Álvarez.
En la otra parte de su mensaje manifestó que “no se puede vivir excluyendo al otro. No podemos negarnos la oportunidad de construir un país para todos. Debemos aprender la tolerancia, el respeto al criterio del otro”.
“Debemos seguir insistiendo que los problemas de Nicaragua, debemos resolverlos los nicaragüenses. Esperemos aún en contra de las peores adversidades y trabajemos incansablemente por la justicia y la paz”, concluyó..
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