La Reserva Federal quiere tener evidencias de que la economía tiene la solidez suficiente para aguantar el alza de tipos. No la va a encontrar en el indicador de crecimiento, de momento. La segunda lectura del producto interior bruto confirmó la debilidad de la actividad económica en el arranque del año, al expandirse solo a una tasa anualizada del 1,1% en el segundo trimestre. Es una décima menos de lo anticipado.
La debilidad entre abril y junio sigue a un anémico 0,8% en los tres primeros meses del año. La revisión se publicó pocas horas antes de que Janet Yellen se dirigiera a la conferencia de banqueros centrales de Jackson Hole. Los economistas y los miembros de la Fed esperan un rebote en el tercer trimestre a un nivel más próximo al potencial, o al menos eso es lo que muestran los datos de empleo.
La actividad en el sector inmobiliario se contrajo entre tanto un 7,7%. El consumo privado, sin embargo, se comportó algo mejor de lo esperado. Ahora queda en una tasa anualizada del 4,4%, el doble que en el primer trimestre. Del lado de la balanza comercial, las exportaciones se mantuvieron más o menos mientras que las importaciones se revisaron al alza.
Fuente: El País
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