Muchos nicaragüenses ignoraron la emergencia sanitaria del COVID19 y salieron a las calles a participar de la Gritería a la Purísima Inmaculada Concepción de María el 7 de diciembre. Pero, muchos también se protegieron, y eso lo agradece la iglesia católica.
Monseñor Silvio Fonseca resalta que las autoridades eclesiásticas en Nicaragua no pretendieron cambiar la costumbre, sino que recomendaron aplicar responsabilidad y cuido por la pandemia del COVID19.
Destacó que la población salió a manifestar su fe y devoción a la virgen, y me atrevió a decir que la mayoría andaban con sus mascarillas y alcohol para desinfectar sus manos y superficies.
“Esa tradición está en la sangre y de ninguna manera se intentó cambiar la tradición de la gente. Valoramos como positivo la festividad mariana por que la gente se cuidó”, dijo Monseñor Fonseca.
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Resaltó que “la gente se desbordó en las calles” pidiéndole a la Virgen María que interceda por Nicaragua.
Monseñor Fonseca concluyó expresando que los actos de fe deben continuar y que las actividades religiosas deben promoverse y posterior realizarse, siempre y cuando se apliquen las medidas de prevención ante el nuevo coronavirus.
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