Decidieron ser parte de la rebelión cívica en abril 2018. El 17 de julio de ese año tuvieron que exiliarse juntos a Costa Rica producto del hostigamiento que eran víctimas por parte de la policía Orteguista, fanáticos del gobierno y paramilitares.
La vida de Hader González y Cristhian Meneses estuvo en peligro cuando participaban de protestas antigubernamentales en Masaya, que eran atacadas por la batería represora.
Hader González
González, de 29 años de edad es abogado de profesión. Se graduó en la Universidad Humanista, UNEH y antes de exiliarse fungía como litigante.
Nació en el barrio Pancasan, pero al momento de la insurrección cívica residía en Monimbo, considerado el bastión de la lucha.
En Costa Rica, González quedo sin empleo a raíz de la pandemia del coronavirus. La precariedad que estaba pasando en el vecino país lo obligó a regresar, pero no sabía que su destino sería una celda, afirmó su tío, Joaquín González.
Cristhian Meneses
El otro detenido, Cristhian Meneses de 28 años, antes de exiliarse trabajaba por cuenta propia (comerciante). También residía en Monimbo.
Los últimos perseguidos políticos González y Meneses fueron detenidos el pasado 15 de agosto por el Ejercito de Nicaragua en la frontera con Costa Rica.
Hasta el pasado jueves la institución castrense informó sobre los motivos de la detención. Son señalados de asesinato, tráfico de drogas y portación ilegal de armas.
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Por su parte la policía Orteguista dijo este viernes que ambos son miembros de la agrupación delincuencial “El Topo”, vinculada al delincuente de nacionalidad costarricense, Gerson Orozco Rodríguez.
Según la Policía, esa banda incursiona en la zona fronteriza para cometer delitos de narcotráfico, asesinatos, secuestros, extorsiones, asaltos, tráfico de armas y abigeato.
Familiares de los ciudadanos rechazan tales acusaciones. Estos serán remitidos a la Fiscalía para su enjuiciamiento.
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