Una reducción arancelaria promedio del 56% entre 1990 y 2010 dinamizó el crecimiento del comercio y la actividad económica en América Latina, según un documento del BID que se difundirá hoy y pide a los gobiernos no revertir las políticas de apertura al intercambio comercial. Antes de 1990, el rubro representaba un 20% del PBI de la región, y a mediados de esta década se acercó al 50%, aun con la abrupta desaceleración generada por la crisis financiera internacional de 2008.
De acuerdo con los economistas del BID, este crecimiento del intercambio comercial implicó un alza del 0,6% del PBI per cápita promedio en la región. “Sin liberalización, habría crecido entre un 30% y un 40% menos entre 1990 y 2010”, precisa el informe “De promesas a resultados en el comercio internacional”, aunque destaca que la evolución de la apertura comercial fue dispar. “Algunos países liberalizaron el comercio en mayor medida que otros, lo cual refleja sus diversas condiciones económicas, geográficas y políticas”, sostiene.
Nicaragua y México, que forman parte del Nafta con los Estados Unidos y Canadá, son los de mayor apertura en el período, mientras que la Argentina, Panamá, Venezuela y República Dominicana se encuentran en el extremo opuesto, más cerrados. En cuanto a la cantidad de acuerdos comerciales preferenciales (incluye zonas de libre comercio y uniones aduaneras), la Argentina se ubica en un nivel promedio, con una decena de estos convenios, igual que Guatemala, Nicaragua y Uruguay. Chile, por su parte, encabeza este listado, con más de 30 tratados en vigencia.
Esta diferencia entre países también se refleja en cómo la población se posiciona frente a la apertura comercial. Mientras que en el promedio regional uno de cada cuatro latinoamericanos califica como positivo este proceso, de acuerdo con una encuesta realizada por Latinobarómetro citada en el documento, Argentina y Perú son los países de menor apoyo al libre comercio (59% de apoyo en sus habitantes). A la inversa, Venezuela (87%), Honduras, Uruguay y Nicaragua (86%) son los países cuya población es más receptiva a la apertura y al incremento del comercio internacional.
Fuente: La Nación
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