Veinte horas después de concluidas las elecciones presidenciales en Bolivia, el Tribunal Supremo Electoral ha decidido dar prioridad al cómputo oficial y ha dejado congelada definitivamente la transmisión de los Resultados Electorales Preliminares en un 83,7 por ciento de las actas verificadas en los centros de votación, que hasta esa cifra perfilan una segunda vuelta entre Evo Morales y Carlos Mesa.
Esta decisión ha generado malestar en Comunidad Ciudadana, un fuerte reclamo de la misión de observadores de la OEA, y el pedido de Mesa a una vigilia ciudadana para cuidar el voto. Una fuente cercana al candidato opositor ha definido la situación como un intento de “golpe de Estado”.
La presidenta del TSE, María Eugenia Choque, justificó la determinación de dejar en suspenso la transmisión hasta un 100 por ciento con el argumento de evitar una “confusión” con el inicio de los cómputos oficiales en cada uno de las nueve regiones de Bolivia.
Otra alta fuente electoral dijo que se tomó esa decisión “no compartida” el domingo en la noche. El TSE se había comprometido a emitir antes de las 20:00 un 60 a 70 por ciento del conteo en los recintos electorales mediante el TREP. A las 21:30 debía emitirse hasta el 90 por cierto. “Como a las 20 se había alcanzado el 83 por ciento, en un criterio no compartido se ha dado prioridad al cómputo (definitivo), que va caminando”, afirmó la fuente a Infobae.
La ley electoral boliviana establece un plazo de hasta cinco días para terminar los cómputos departamentales oficiales y otros tres días más para los nacionales. Es decir, hasta ocho días. Entre tanto, crece la desconfianza, sobre todo en los sectores opositores.
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