Un ataque con cuchillo en la sede de la policía en París ha provocado este jueves al menos cinco muertos, entre ellos el agresor, y ha desatado las alarmas en una ciudad y un país en alerta permanente tras haber sufrido numerosos atentados. En esta ocasión, sin embargo, la agresión no parece haber tenido un carácter terrorista sino que, según las primeras informaciones, aún no oficiales, se trataría de la acción de un funcionario de policía que se abalanzó contra varios compañeros por motivos aún desconocidos antes de ser abatido por otro agente.
Aunque el presidente, Emmanuel Macron; el primer ministro, Édouard Philippe, y el ministro del Interior, Christophe Castaner, acudieron de inmediato hasta la prefectura, por el momento no se ha dado ninguna información oficial sobre la situación. El Elíseo se limitó a indicar que el mandatario se desplazó poco después de conocerse el ataque hasta la prefectura para “manifestar su apoyo y solidaridad a todo el personal”. Fuentes de la investigación citadas por diversos medios coinciden sin embargo en el número de las víctimas mortales, fallecidas por las cuchilladas perpetradas por el agresor, un compañero, con un cuchillo al parecer de cerámica. El secretario del sindicato policial de París, Loïc Travers, también confirmó ante las cámaras la muerte de cuatro de los colegas a raíz del ataque, que habría comenzado, dijo, en la oficina donde este trabajaba. Se trata, indicó, de un funcionario administrativo que llevaba 20 años en la policía y que estaba destinado en la dirección de inteligencia de la prefectura.
También la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, afirmó que la ciudad “llora” tras un ataque que ha dejado un balance de víctimas “fuerte”. “Varios policías han perdido la vida”, agregó la alcaldesa en un mensaje en Twitter.
Un testigo del ataque, Emery Siamandi, empleado de la prefectura, confirmó haber visto al agresor abatido a tiros en el patio de la sede policial, situada en la isla de la Cité, muy cerca de la catedral de Notre Dame.
“Escuché unos tiros y vi a tres policías que estaban llorando, ahí me dije que debía ser grave”, relató a la prensa. “Primero pensé que un policía se había suicidado. Pero no, era el policía con el agresor abatido, el policía estaba llorando. Ahí me dije que algo grave había pasado. Unos minutos después, vi entrar al ministro de Interior y su cara era de pánico”.
La estación de metro más cercana al lugar del suceso ha sido cerrada por motivos de seguridad, según ha comunicado el servicio de transportes de la ciudad, y la zona ha sido acordonada.
Fuente: El País
Foto: Agencias
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