El nuevo primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, fue oficialmente investido este lunes en el palacio presidencial en Atenas, al día siguiente de su clara victoria en las elecciones legislativas que puso fin a cuatro años del gobierno de Syriza.
Como manda la tradición en este país donde no existe la división entre la Iglesia y el Estado, Mitsotakis, jefe de los conservadores de Nueva Democracia y miembro de una dinastía de políticos griegos, prestó juramento sobre una biblia y ante el arzobispo de Atenas, Jerónimo II.
“Juro en el nombre de la santísima e indivisible Trinidad respetar la Constitución y las leyes”, dijo Mitsotakis con su mano derecha sobre la Biblia, restaurando una práctica que había sido abandonada por su precedesor Alexis Tsipras, líder de la izquierda radical Syriza.
En una breve declaración antes de dirigirse al Palacio de Maximu -la sede del Gobierno- donde Tsipras le esperaba para el traspaso, Mitsotakis repitió el mensaje que ya había lanzado en la noche electoral: “El pueblo nos ha dado un mandato fuerte para cambiar el país. A partir de hoy empezamos a trabajar duro. Confío plenamente en nuestra capacidad de estar a la altura de las circunstancias”, dijo.
Con su victoria el domingo por casi el 39,8% de los votos (obteniendo 158 de los 300 escaños del Parlamento), Mitsotakis, de 51 años, puso fin a los cuatro años y medio de gobierno Tsipras, cuyo partido Syriza obtuvo el 31,5% (es decir 86 diputados) y pasará a ser líder de la oposición.
La gran diferencia de escaños de debe a que la ley electoral griega otorga un bonus de 50 escaños al partido vencedor, un sistema que quedará abolido en la próxima legislatura.
La tarde de este lunes se espera que se anuncien los nombres de los integrantes del nuevo gobierno conservador griego, que asumirán sus funciones el martes. El miércoles está previsto el primer consejo de ministros.
Las elecciones de este domingo abrieron nuevamente las puertas al bipartidismo en Grecia, con un Syriza fuerte que a pesar de perder el gobierno obtuvo más votos de lo esperado y se ha convertido en el principal partido de la oposición, con más de veinte puntos de ventaja sobre el tercer partido, el partido de centro Kinal.
Aunque identificados con la izquierda radical, Tsipras y Syriza acabaron adoptando un programa de gobierno moderado y llevaron adelante el duro ajuste que pretendía la Unión Europea ante la fuerte crisis económica que golpeó a Grecia tras la caída financiera de 2008.
Este giro al centro le trajo a Tsipras beneficios y costos, especialmente entre muchos de sus votantes más radicales que se sintieron traicionados.
La tendencia al centro marcada por estas elecciones también se basa en la pérdida de poder a}de otras fuerzas radicales, como el partido comunista KKE, que logró sólo el 5%, y los neonazis de Amanecer Dorado, que alcanzaron apenas el 2,9% y quedaron fuera del parlamento por no lograr el umbral mínimo.
AFP/ EFE
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