Querida Nicaragua: El llamado diálogo nacional o negociación, como quiera llamársele, parece haber llegado a un punto culminante que exige el entendimiento o el consenso de ambas partes en los puntos medulares del mismo que ha presentado la Alianza Cívica.
Además de los puntos señalados en la agenda de la Alianza, el pasado sábado produjo un comunicado en el cual señala que no continuará su asistencia al diálogo si antes el Gobierno no da muestras de buena voluntad, y señala estos pedimentos: libertad de presos políticos, cese de la represión y los secuestros, plena observancia y respeto de estándares internacionales para el tratamiento de los presos políticos, incluyendo la prohibición de tratos crueles, inhumanos y degradantes, y pronta atención médica a los reclusos, cese del hostigamiento a los familiares de los detenidos.
Estos últimos, según informaciones que hemos recibido se han incrementado últimamente no solo en Managua sino que en varias ciudades y pueblos de la república. El gobierno Ortega Murillo está a punto de que le apliquen las sanciones económicas que nos perjudicarán a todos, pero mucho más a quienes se han empeñado en querer seguir en el gobierno por tiempo indefinido, habida cuenta de que no dan muestras de reformar el sistema electoral lleno de sicarios productores de fraudes electorales.
No se avizoran cambios en el poder judicial, cómplice y ejecutante de los caprichos del Ejecutivo para mantenerse en el poder mediante argucias y leguleyadas de ciertos magistrados. De los otros organismos gubernamentales puede decirse otro tanto, basta recordar el monumental desastre del Seguro Social, situación que produjo las primeras protestas de estudiantes y jubilados que a lo largo de casi un año han dejado más de medio centenar de asesinados por las fuerzas represivas del Gobierno.
Esta tragedia ha conducido a un éxodo permanente de nicaragüenses que buscan refugio en otros países, periodistas perseguidos que han tenido que salir del país para no correr la suerte de Miguel Mora y de Lucia Pineda Ubau, profesionales de nota que han tenido que abandonar su país, y una situación económica que se ha ido deteriorando paulatinamente.
Naturalmente que un país en semejantes condiciones de deterioro de los derechos humanos de la ciudadanía tiene que ser objeto de la preocupación internacional y es por eso que las sanciones en contra del Gobierno se acercan a pasos agigantados.
O se negocia en un diálogo una salida democrática que respete el voto libre, la democracia, el respeto por la ley, la libertad de los presos políticos, la separación e independencia de los poderes del Estado y el libre ejercicio de las libertades públicas o viene la debacle. El Gobierno está entre la espada y la pared.
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