El Banco de Inglaterra (BoE) recortó este jueves sus previsiones de crecimiento para 2019, a causa la desaceleración económica mundial y la incertidumbre en torno al Brexit, que se “intensificó” y pesa sobre la actividad financiera.
Esta institución que, sorprendentemente, no hizo cambios en su política monetaria, redujo sus previsiones de crecimiento para 2019 y 2020 a 1,2% y 1,5% respectivamente, contra 1,7% para ambos años de acuerdo a las anteriores, que datan de noviembre.
En cuanto a la inflación, para 2019 la situó en 2%, contra 2,1% en noviembre.
Los miembros del BoE votaron por unanimidad mantener la tasa directriz en 0,75%, así como continuar con el programa de compra de activos del Banco.
El BoE continúa muy preocupado por el Brexit, que ya ha provocado una desaceleración en el crecimiento en 2018.
Su gobernador, Mark Carney, consideró este jueves que la economía británica “no está todavía preparada” para un Brexit sin acuerdo, e insistió en que la incertidumbre en torno a la salida de la Unión Europea (UE) tendrá repercusiones en las empresas.
“Aunque muchas empresas intensifican sus preparativos, la economía británica en su conjunto no está todavía preparada para una salida sin acuerdo y sin transición”, declaró Carney en rueda de prensa.
Las negociaciones entre Londres y Bruselas sobre las modalidades del Brexit están bloqueadas y, teóricamente, Reino Unido podría salir del bloque el 29 de marzo sin un acuerdo de transición, una partida abrupta muy temida por los medios financieros.
“La nebulosa del Brexit causa volatilidad a corto plazo en las estadísticas económicas y, sobre todo, crea una serie de tensiones en la economía y para las empresas”, señaló el gobernador del BoE, cuyo mandato fue extendido hasta principios de 2020 para garantizar la estabilidad en este periodo de incertidumbre.
En su informe trimestral, el BoE destaca que “esta incertidumbre es el mayor obstáculo para las inversiones” de las empresas.
Carney añadió que las investigaciones realizadas por el BoE demuestran que las empresas temen una caída significativa de la producción, la inversión y el empleo en caso de un Brexit sin acuerdo.
En caso de un acuerdo y en consecuencia un periodo de transición, la situación podría estabilizarse muy rápidamente, inclusive si “ante la dinámica de las negociaciones asumamos que la incertidumbre se mantendrá elevada durante un breve lapso”, añadió.
En tanto el Parlamento británico rechazó abrumadoramente el acuerdo negociado por la primera ministra Theresa May con Bruselas en enero, las discusiones están estancadas, sobre todo en cuanto al “backstop” irlandés.
La economía británica debe ahora enfrentar un entorno global mucho menos favorable.
“La economía mundial ha continuado desacelerándose en los últimos meses” y la tendencia podría acelerarse durante los próximos trimestres, según el BoE.
Este jueves, la Comisión Europea recortó drásticamente su pronóstico de crecimiento en la zona euro en 2019 (de 1,9% a 1,3%), a causa de una desaceleración inesperada en Alemania y las protestas en Francia.
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