Casi 2.000 migrantes, principalmente hondureños, ingresaron a México y se entregaron a las autoridades luego de haber visto frustrado por policías su intento de entrar por la fuerza.
Fuerzas federales mexicanas impidieron ayer el ingreso a los miembros de la segunda caravana de migrantes que intentó cruzar por la fuerza, como lo hizo un primer contingente el pasado 19 de octubre, a través del puente internacional que atraviesa la frontera México-Guatemala en el municipio del Suchiate, estado suroriental de Chiapas.
Un despliegue policial del lado mexicano impidió que la caravana de migrantes lo hicieran, por lo que este lunes se aventuraron a cruzar caminando el río Suchiate, con el agua hasta el cuello. Pero la presencia policial los mantuvo varados durante unas dos horas, hasta que accedieron a ingresar a través de una aduana migratoria.
La caravana de inmigrantes entró de forma ordenada a la instalación del Instituto Nacional de Migración (INM) e iniciaron su registro ante esa dependencia. Se informó que luego fueron llevados a un albergue mujeres, hombres y niños.
El INM confirmó que son 1.895 centroamericanos que han solicitado refugio.
En tanto, los miembros de la primera caravana de migrantes cruzaron sin incidentes la garita migratoria de San Pedro Tapanatepec y arribaron a Santiago Niltepec, en el sureño estado de Oaxaca.
En el trayecto, pobladores salían a su paso para entregarles bolsas y botellas de agua y alimentos acompañados de palabras de aliento y esperanza hasta el mediodía, cuando llegó el último grupo de migrantes a Niltepec.
Mientras que en la carretera varios grupos de hombres y mujeres decidieron seguir hasta Juchitán, a donde mañana pretende arribar el grueso de la caravana de migrantes.
Fuente: EFE
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