Francisco Díaz asumió la noche de este lunes oficialmente el cargo de jefe de la cuestionada Policia Nacional.
Díaz juró lealtad a su consuegro Daniel Ortega, de quien hizo suyo el discurso amenazante y confrontativo del supuesto golpe de Estado en Nicaragua.
Con la bandera partidaria roja y negra de fondo, el nuevo jefe policial aseguró haber restablecido el orden en el país.
“Hemos cumplido y continuamos cumpliendo con nuestra misión constitucional, garantizando el orden público y la libre circulación de las personas”, manifestó Diaz.
Lo que no mencionó fue el centenar de ciudadanos muertos que trajeron consigo los ataques armados de la policia en conjunto con fuerzas paramilitares.
Tampoco hizo referencia a la complicidad y coordinación con que los agentes de policía actuan con las turbas del orteguismo, para atacar las protestas cívicas en contra del gobierno.
Se lava las manos
Diaz justificó los asesinatos cometidos por la policia aduciendo que jamás atacaron a nadie. “Hicimos el uso legítimo de la fuerza conforme a nuestras facultades constitucionales”, aseveró.
No obstante los informes de organismos internacionales de derechos humanos, como la CIDH y la ONU describen claramente el uso desproporcionado de la fuerza policial para disolver las protestas.
El traspaso de mando se realizó en ausencia de la exjefa policial Aminta Granera.
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