El sanguinario presidente Daniel Ortega manifestó su voluntad de reunirse con el mandatario de los Estados Unidos, Donald Trump, a quien acusa de querer intervenir Nicaragua.
“Estoy dispuesto a conversar con él”, dijo en entrevista con France 24.
“Yo pienso que el principio del intercambio, del diálogo entre una potencia como los Estados Unidos –y no hablo sólo de Nicaragua, hablaría de toda América Latina- es algo necesario, imprescindible, a fin de que América Latina pueda por lo menos pueda hacerse escuchar”, afirmó Ortega.
Y es que Ortega tiene intenciones de participar de la Asamblea General de las Naciones Unidas, a finales de septiembre, evento que asegura “podría ser” una ocasión para justificar sus actos ante el mundo.
Lo irónico del caso es que en esa misma entrevista Ortega acusó a Washington de haber fomentado un “golpe de Estado”.
Además asegura que la CIA ha entrenado y financiado “grupos militares” para tratar de derrocarle. No descartó una próxima intervención militar.
Señaló además que la Iglesia Católica nicaragüense, mediadora en el diálogo nacional, también “recibió órdenes” de Estados Unidos.
ONU infame
Interrogado por el periodista Marc Perelman sobre el reciente informe del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU sobre las violaciones de derechos humanos ocurridas durante las manifestaciones entre el 18 de abril y el 18 de agosto, Ortega lo calificó como “una infamia”.
El documento de la ONU subraya la existencia de “ejecuciones extrajudiciales”, “desapariciones forzadas” o “tortura y malos tratos”.
Ortega afirma que ”son informes políticos donde está la mano de los Estados Unidos”.
“Están empeñado en presentar al gobierno como un gobierno que está cometiendo atentados contra la población”, aseveró.
Mientras miles de personas volvieron a manifestarse el domingo 9 de septiembre en Managua, la capital, para exigir la liberación de “presos políticos” y la salida del presidente Ortega, en el poder desde 2007, el jefe de Estado asegura que la situación se ha normalizado.
Afirma además que está en tratativas con la ONU y países europeos, como Alemania o España, para retomar el diálogo, actualmente en un punto muerto.
Ortega, que ya ha dirigido Nicaragua entre 1979 y 1990, rechaza los llamados a organizar elecciones anticipadas antes del final de su mandato en 2021 –principal exigencia de los opositores- y no excluye postularse a un nuevo mandato.
“Elecciones anticipadas serían graves para Nicaragua”, afirma, y además llama a “defender el respeto de las instituciones”.
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